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Fritz Breithaupt

Culturas de la empatía


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Introducción

La historia del ratón

Hace un par de años, cierta vez me quedé conversando un rato con algunos colegas después de un grupo de lectura. Nuestro trabajo concentrado en el texto ya había concluido, por lo cual podíamos dejar vagar libremente nuestros pensamientos. La conversación nos llevó a la cuestión de la empatía, tema sobre el cual, tal como mis colegas sabían, yo quería dictar un curso. Surgió una pregunta simple: la empatía ¿es algo que la mayoría de las personas percibe mediante patrones similares o no? ¿Existe una escena primaria de la empatía que todos compartimos? Decidimos hacer la prueba, que cada uno contara su recuerdo más claro de un momento en el que se hubiera puesto en la piel de otro. La primera de las historias que se contaron ese día fue la siguiente:

"En mi primer departamento de estudiante había un ratón. Cada tanto lo oía en la cocina y veía sus huellas, pero no lograba atraparlo. Una mañana entré en la cocina y sentí un ruido extraño, como de arañazos, que provenía de la pileta. Me acerqué y descubrí que el ratón se había caído en la pileta. No tenía cómo sujetarse de las paredes resbaladizas y había quedado atrapado. Me quedé contemplándolo unos instantes, y él me miró a mí. Después abrí el grifo, y entonces el ratón fue arrastrado junto con el agua hacia el garbage disposal (una trituradora eléctrica de basura). Entonces apreté el botón."

Esta historia es notable en múltiples sentidos. Aquí la empatía no es la simpatía positiva por otra persona que está en apuros, sino que se asocia más bien inmediatamente a una conciencia criminal, a un cargo de conciencia. Además, es probable que la similitud entre la persona que empatiza y el ratón sea relativamente escasa. En cambio, hay toda una historia previa que enfrenta al humano y al ratón. Sin embargo, esta historia, al menos para su narrador, representa una experiencia de empatía que establece un lazo entre él y el ratón.
Por el momento, no abordaremos la cuestión de si esta historia del pobre ratón tiene realmente las características de una escena primaria de la empatía (en el capítulo IV de este libro se elabora una propuesta de cómo podría ser una escena primaria semejante). Lo importante en este caso es que antes del episodio con la trituradora de basura el narrador estaba lejos de sentir compasión o simpatía por el ratón. Es evidente que algo en esa situación lo llevó a deponer su actitud neutral o negativa. Por lo tanto, es posible que la empatía pueda ser activada o desactivada. Esta suposición, por simple que suene, fue el punto de partida de este libro.

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